En el inicio de la Semana Santa, con la llegada del Domingo de Ramos, el Obispo de la Diócesis de Saltillo, Hilario González García, emitió un mensaje a la feligresía en el que expresa su deseo de que se renueve la fe en Cristo.
“Iniciamos con el Domingo de Ramos la celebración de los misterios de nuestra redención. Los oficios del Triduo Pascual nos ayudarán a renovar nuestra pertenencia a Cristo como discípulos y a profundizar en el Misterio Pascual de Jesucristo, centro de nuestra fe.
“En el Domingo de Ramos aclamamos públicamente que Jesús es Señor y Salvador. Al acompañar a Jesús en su entrada a Jerusalén nos identificamos como sus discípulos y reconocemos su autoridad espiritual”, señala.

“Lo hacemos con entusiasmo y alabanzas dignas de Dios pues Cristo es nuestro Redentor. Si hoy portamos ramos en las calles es para dar testimonio de su condición de Mesías y nos sentimos dichosos de estar bajo su guía y protección”, añade.
“Hoy escuchamos el relato de la Pasión del Señor y encontramos una síntesis de sus enseñanzas que se hacen vida entregada. Vemos a Jesús hacer oración para mantenerse fiel a la voluntad del Padre. Vemos a Jesús Siervo entregado por amor a sus hermanos y su servicio es el rasgo fundamental de su liderazgo”, comenta.
“Vemos a Jesús misericordioso, perdonando y compadecido de sus amigos que lo han traicionado, abandonado, e incluso de quienes lo han agredido y menospreciado. A la luz de la Pasión nos damos cuenta y nos arrepentimos de que, como Simón Pedro, hemos negado al Señor; como Judas, lo hemos traicionado; como los discípulos, nos hemos quedado dormidos al acompañar a Jesús; como Herodes y Pilato, lo hemos maltratado y despreciado; como el pueblo, nos hemos quedado mirando de lejos, sin comprometernos con Él”, indica Hilario González.
“Le pedimos a Jesucristo que nos perdone, porque no sabemos lo que hemos hecho con Él. Le pedimos que nos ayude a tener una lengua experta para dar esperanza al abatido, un oído de buen discípulo para no oponer resistencia a sus palabras, una firme voluntad de mantenernos unidos a Él en su pasión y muerte para resucitar con Él”, agrega el obispo.
“Le ofrecemos seguir aprendiendo de sus enseñanzas y hacer nuestro su ejemplo de oración, servicio y misericordia. Como Él, con su ayuda, le ofrecemos no aferrarnos a nuestros privilegios sino asumir su condición de siervo y caminar con Él hacia la cruz”, comenta el prelado.
“Reconocemos que su nombre está por encima de todas las cosas y renovamos nuestra pertenencia a su señorío divino. Que en esta Semana Santa expresemos con sinceridad y gratitud nuestro amor a Jesucristo, y renovemos nuestra fe en el Señor”, concluye.

