CulturaLado B

Un zorro melancólico

Hermann Hesse (1877-1962).

Libros

Ninguno de los libros de este mundo

te aportará felicidad,

pero secretamente te devuelven

a ti mismo.

Allí está todo lo que necesitas,

sol y luna y estrellas,

pues la luz que reclamas

habita en tu interior.

Ese saber que tú tanto buscaste

Por bibliotecas, resplandece desde todas las páginas,

Puesto que es tuyo ahora.

La biblioteca de Babel. Jorge Luis Borges (1899-1986).

“He recorrido las ciudades de Europa, he olvidado miles de páginas, miles de insustituibles caras humanas, pero suelo pensar que, esencialmente, nunca he salido de esa biblioteca y de ese jardín.”

Walter Benjamin (1892-1940).

En su libro “Calle de dirección única”, cita en un breve texto “Tenedor jurado de libros”, un breve análisis sobre el valor de la escritura cabe resaltar que el talento de dicho escritor es impresionante, en lo personal me parece uno de los continuadores de los genios del Renacimiento de Florencia, pero el filósofo alemán decía “Nuestra época es lo contrario del Renacimiento, y en especial de la situación en la que fue inventada la imprenta. […] antes de que el lector de hoy abra un libro, por sus ojos habrá ido pasando tan denso torbellino de letras mudables, beligerantes, coloridas, que las probabilidades de que se hunda en el silencio arcaico que era propio del libro serán mínimas. El enjambre de letras que hoy eclipsa a los habitantes de las grandes ciudades el sol de un espíritu presunto se hace más espeso cada año.”

El zorro es más sabio. Augusto Monterroso (1921-2003).

“Un día que el Zorro estaba muy aburrido y hasta cierto punto melancólico y sin dinero, decidió convertirse en escritor, cosa a la cual se dedico inmediatamente, pues odiaba ese tipo de personas que deciden voy a hacer esto o lo otro y nunca lo hacen.”

Miguel de Cervantes (1547-1616).

El escritor Ignacio Padilla realiza un importante ensayo sobre los dos grandes escritores, Shakespeare y Cervantes, entre sus comentarios hubo un en especial que me pareció atractivo. “Es un hecho que Cervantes y Shakespeare nacieron en el turbulento siglo XVI y que coincidieron en algunas lecturas de los clásicos grecolatinos y quizá bíblicos. Que tuvieron matrimonios infortunados de los que hicieron lo posible por distanciarse, y que fueron bebedores y ludópatas, es bastante probable.”

La novelista Némirovsky (1903-1942).

En una de sus obras “Un niño prodigio”, hablaba de la vida de un niño que poseía un increíble talento, en uno de sus párrafos cita un breve texto bellísimo. “Descubría en sus paseos miles de cosas que le encantaban o le sorprendían. En primer lugar, los pájaros y sus gritos diferentes. Luego la misteriosa vida de la tierra, las hormigas, los insectos, las plantas, las bayas desconocidas, ligeramente agrias y dulzonas, las flores de los bosques, las de los campos, las que brotan en la estepa, los grandes lirios negros de las riberas del río, las amapolas ente el trigo… […] Empezaba a experimentar algo que nunca había sentido : una sencilla alegría de vivir, sana y profunda, comparable al placer de beber el agua fría del pozo cuando tenía sed, o al de dormir al sol sobre la tierra perfumada y cálida de julio, o al de correr sin motivo alguno sobre la hierba hasta perder el aliento, mientras el viento azotaba su cabello en desorden.”

“…Se puede arrancar la hoja, pero un libro con una hoja arrancada es – un libro repugnante”. Palabras de Marina Tsvietáieva en su obra Mi Pushkin.

Estaba en una cafetería leyendo el periódico, podría confesar que los tres lugares ideales para leer pueden ser las cafeterías, las librerías y la sierra de Arteaga. Recuerdo que aparecían tres fotografías y el texto hablaba que en Argentina encontraron tesoros Nazis, me parece que ellos hicieron mucho daño y sus crimines estarán presentes durante muchas generaciones. Ese día preferí leer a Benedetti, recuerdo que le envíe un poema a mi esposa Karinthya, puedo confesar que ellas es una mujer especial y me hizo papá de Geraldine, me declaro el hombre más cursi de la tierra (22 de junio del año 2017).

Faulkner y Rulfo

Fueron dos escritores que tenían la costumbre escribir buenas historias, en lo personal ambos me parecen admirables por la forma sencilla de escribir, la verdad que siempre a mis amigos les sugiero que lean a los dos, el presente artículo busca fomentar la lectura y el diálogo, hoy que vivimos tiempos de placeres, como ver el futbol los fines de semana, jóvenes en antros divirtiéndose, un mundo de noticias televisivas sobre artistas y series de moda, es importante darse un tiempo para la lectura y de convivir con los seres amados. historiador82@yahoo.com