Son muchas las carencias que las escuelas de nivel básico en toda la república mexicana están sufriendo después de más de un año de tener los planteles cerrados.
Jardines de niños, primarias y secundarias de Coahuila no son la excepción, y aunque las autoridades educativas buscan el solvento para la manutención -y prácticamente reconstrucción- de los planteles, esto resulta una tarea prácticamente imposible y titánica.
En la escuela primaria pública del estado Victoriano Cepeda, ubicada en el municipio de Saltillo, maestros y alumnos trabajaron más de siete días para recuperar a grandes rasgos el plantel, el cual necesitaba de todo para posibilitar el retorno a clases presenciales.
No había energía eléctrica, el área verde, que es muy extensa, se encontraba abandonada; se requirió de un camión y una máquina bulldozer para poder remover cascajo y hierva por toneladas.
A esto, su directora, Diana Romero, quien habría solicitado una prórroga para el reingreso a las aulas, señaló que la buena disposición de maestros y padres de familia ha logrado lo que en un principio pareció imposible.
“El plantel está listo para poder recibir a más de 300 alumnos a clases semi presenciales, desde el 16 de noviembre”, señaló.
La mesa directiva de padres de familia ha pedido de manera extraordinaria la participación de todos los que la integran, de cualquier manera, apoyando con una cuota significativa que no sobrepasa los 50 pesos, o participando con fuerza de trabajo para pintar, talar árboles, realizar trabajos de albañilería, electricidad y todo tipo de mantenimiento que pueda efectuarse.
Este es el panorama que predomina en muchos planteles educativos en Coahuila y México.
