*Le negaron empleo en mina de Sabinas horas antes de que esta colapsara.
Dicen que “cuando te toca, te toca”, y la frase encaja perfecto en Samuel Mireles, un minero de la región Carbonífera de Coahuila.
Hoy en día se dedica a atender una tienda de conveniencia. La vida lo llevó allá, pero apenas el pasado martes 2 de agosto fue por enésima ocasión a pedir trabajo a la mina El Pinabete.
“El Soldado”, como le llamó a su amigo Juan Sandoval, uno de los mineros atrapados en el pozo recién colapsado, le negó la “chamba”: dijo que estaba completos.
Cuando se enteró a través de medios de comunicación del accidente en el que 10 de sus conocidos y amigos habían quedado 60 metros bajo tierra, agradeció a la vida y a sus creencias que le negaran el empleo.
“La vida abajo es compleja, es incómoda”, indicó Samuel con la mirada perdida hacia el horizonte, pero en la región los 4 mil pesos que percibe un minero semanalmente es lo mejor pagado, mientras que en maquilladoras y negocios apenas se alcanza a pagar mil 500 pesos por semana.
“Los 42 grados centígrados abajo es lo de menos”, señala: el picar las paredes de carbón, llevarlas al tonel que las sube al exterior, y el riesgo de accidentes es con lo que juegan cientos de mineros en la región Carbonífera de la entidad.
Ahora, después de este “mensaje divino”, como calificó al hecho de no haber sido contratado, prefiere quedarse las largas jornadas de trabajo en la tienda Oxxo que atiende en la Carretera 57.
