En su discurso de introducción al Salón de la Fama del Béisbol Mexicano, Vinicio Castilla recordó de manera nostálgica su paso por los Saraperos de Saltillo, equipo que lo debutó en el béisbol profesional y lo catapultó a las Grandes Ligas para hacer una de las carreras más fructíferas de un pelotero mexicano.
De una manera emotiva, al momento de tomar la palabra para dar su discurso de agradecimiento, habló de la gente que ha sido importante en su vida para lograr ser un inmortal del béisbol mexicano y entre ellas habló de los Saraperos.
“Hay mucho a quienes agradecer, como mi primero equipo, Saraperos de Saltillo, aquí está el ingeniero (Armando) Guadiana que fue el que me mandó a Estados Unidos.
“Muchas gracias por darme esta oportunidad de lograr mi sueño. El sueño que desde pequeño tuve y usted me llevó, vendió mi contrato para Estados Unidos y así lograr lo que yo que yo soñé”, dijo.
La carrera profesional de Vinicio Castillo arrancó en 1991 con Los Bravos de Atlanta, pero fue con Rockies de Colorado cuando su carrera despegó.
Con este equipo estuvo de 1993 a 1999 donde logró números extraordinarios como bateador para un mexicano.
“Como un jugador que se entregó al 100 por ciento todos los días; hay días buenos, hay días malos, en los días malos me iba yo con mi conciencia tranquila, porque sabía que todo lo que tenía ese día para ayudar al equipo a ganar, lo había dado”, agregó en su discurso de entronización.
