Los avances que han experimentado las ciencias de la alimentación y de la nutrición en los últimos años revelan la importancia que tiene llevar a cabo una alimentación adecuada.
Los nutrientes y las funciones que desempeñan dentro de nuestro organismo nos ha permitido conocer perfectamente muchas de las propiedades de los alimentos, y lo que hacen en nuestro cuerpo.

Cada estudio, cada investigación, nos reafirma en que la idea de que la dieta más adecuada es aquella que tiene en cuenta, hábitos alimenticios concretos, gustos, estado de salud, costumbres e ideales, actividad física y estilos de vida diferentes.
No existe una dieta ideal que sirva para todo el mundo sino una buena alimentación como una de las mejores vías de promoción de la salud y del bienestar físico y emocional.
Existe sí un criterio universal en cuanto al tipo de alimentos que deben consumirse dentro de la dieta cotidiana, lo que por un lado garantiza que se cubren las necesidades energéticas y nutritivas de la totalidad de las personas que componen una población sana, y por otro, colabora en la prevención de ciertas alteraciones y enfermedades relacionadas con desequilibrios alimentarios.