Nueva York, EUA. – (Agencias) Una noticia ha creado un gran tsunami en el mundo de la oncología: después de seis meses de tratamiento experimental, los tumores desaparecieron en 14 pacientes diagnosticados con cáncer de colon en etapa temprana que completaron el estudio, de acuerdo a su publicación.
Según los investigadores en el campo del cáncer colorrectal, el estudio publicado el domingo en el New England Journal of Medicine, es un avance innovador que podría conducir a nuevos tratamientos a otros tipos de cáncer.

(Cortesía del Centro de Cáncer Memorial Sloan-Kettering)
Andrea Cercek, oncóloga del Centro de Cáncer Memorial Sloan Kettering en Nueva York y autora principal del estudio, dijo que no creía que “nadie haya visto esto antes, donde el tumor desapareció en todos los pacientes”.
De acuerdo con el estudio, todos los pacientes compartían la misma inestabilidad genética en su cáncer de recto y aún no habían recibido tratamiento. El tratamiento que recibió cada uno de ellos consistía en nueve dosis de dostarlimab intravenosa, un fármaco relativamente nuevo diseñado para bloquear una especifica proteína celular cancerosa que, cuando actúa, pude hacer que el sistema inmunológico retenga su respuesta para combatir el cáncer.
Después de seis meses, las exploraciones que antes mostraban tumores nudosos y descoloridos revelaron un tejido rosado y liso. No se detectaron rastros de cáncer en escaneos, biopsias o exámenes físicos. “¿Los 14 pacientes? Las probabilidades son extremadamente bajas y realmente desconocidas en oncología”, remarcó Cercek al diario The Washington Post.

El éxito del resultado fue tal, que ninguno de los 14 pacientes que terminaron el ensayo requirieron un tratamiento de seguimiento planificado de quimioterapias o cirugías, y ninguno presentó complicaciones significativas a causa del fármaco. Otros cuatro pacientes continúan el tratamiento, pero hasta ahora mientras los mismos resultados esperanzadores.
Los resultados abren el horizonte a una opción prometedora para el tratamiento del cáncer del recto, que ha menudo deja a pacientes con efectos que alteran la vida. Aunque el cáncer del recto tiene una amplia posibilidad de supervivencia en sus primeras etapas, los tratamientos tradicionales más efectivos como radicación, quimioterapia y cirugía también suelen alterar la vida del paciente con efectos como disfunción intestinal y vesical permanente, disfunción sexual e infertilidad.
Para las mujeres más jóvenes, estos tratamientos suelen dejarles secuelas tales como cicatrices en el útero, lo que les imposibilita el embarazarse. Otros pacientes con tumores rectales en ubicación necesitan usar permanentemente la bolsa de colostomía después de la cirugía.

Sin embargo, el estudio tiene sus advertencias: el tamaño muestra de los pacientes aunque era diverso en edad, raza y género, era muy pequeño. Los primeros pacientes que se sometieron al ensayo toda vía permanecen en observación para asegurarse que no vuelvan a aparecer o haya metástasis en otras partes del cuerpo.
Los resultados positivos pertenecen solo a aquellos que tiene una anomalía especifica en el cáncer de recto conocida como “deficiencia en la reparación de errores de emparejamiento”, que impide la función del cuerpo de normalizar o “reparar” anomalías cuando las células se dividen y, en cambio, producen mutaciones. Esta deficiencia ocurre del 5% al 10% de todos los pacientes de cáncer de recto y tienden a resistir la quimioterapia.
“Definitivamente estamos viendo una afluencia de personas que llaman y dicen: ‘¿Este medicamento es para mí?’”, dijo Cercek. “Es una reacción muy emotiva de, ‘Dios mío, tenían cáncer y ahora míralos’”.

Sascha Roth, la primera paciente en ingresar al estudio experimental a fines de 2019, sabe de primera mano cuán importantes son los resultados, pero dijo que desde que se dio a conocer la noticia el domingo, ella y su familia están comenzando a comprender la amplitud del impacto.
El director de oncología clínica en el Hospital General de Massachusetts, David Ryan, dijo que los resultados cambian las reglas del juego para los pacientes de cáncer con deficiencias en la reparación de desajustes. “Este es un gran problema”, dijo Ryan, quien no participó en el estudio. “Será realmente difícil no pensar en esto para el próximo paciente que entre por la puerta: ‘¿Debería hacer quimioterapia y radiación, o debería hacer esta inmunoterapia?’ ”
El estudio fue patrocinado por la empresa de biotecnología Tesaro, que fue adquirida por GlaxoSmithKline cuando el primer paciente comenzó el tratamiento en 2019.