En la calle dos mujeres pelean, se hacen de palabras y llegan a los golpes.
Es común ver estas escenas al exterior de la Procuraduría de las Niñas, los Niños y la Familia del Estado de Coahuila.
Una es madre de tres niños; la otra, la nueva pareja del padre de los menores antes mencionados.
La primera, Érika, acudió a la instancia estatal a celebrar un convenio de manutención en favor de sushijos. Al interior de la edificación median, luego, al salir, primero se hacen de insultos y amenazas, para después pasar a los golpes.
El padre de familia trata de calmar los ánimos, pero las féminas continúan con el ataque una a la otra. Se agreden físicamente, resultan dañadas cada una con sus rasguños y dolor del cuero cabelludo por los estirones.
Agentes ministeriales y demás testigos las separan, Termina la gresca. Una se retira con su pareja, y la otra ingresa de nuevo a la Pronnif, pues quiere que quede asentada la agresión de su adversaria quien, según ella, causó la ruptura de su concubinato y que ahora sólo busca el sustento para sus hijos.
Esta imagen es muy común en este lugar, donde se negocia y se obliga a los padres de familia a cumplir con sus obligaciones.
Guadalupe Morúa , comerciante en el sitio, dice que los pleitos y agresiones son el pan de cada día.
FOTOS Y VIDEOS: Miguel Cerda









