Abril Guadalupe Zarate López tenía 22 años de edad, y era madre de Marcela, de cinco años, y Memo, de dos, pero fue asesinada.
El 15 de febrero su agresor provocó un incendio en el domicilio donde habían vivido en el estado de Guanajuato, y en el que ella perdió la vida.

Días después se determinó que la joven había sido apuñalada en el abdomen y cerca del corazón, y que el incendio fue provocado para eliminar la evidencia.
Ella ya había denunciado violencia, incluso había estado en un refugio, pero no fue suficiente.
El agresor se declaró culpable, y de esa manera disminuirá su condena.

Este feminicidio lamentablemente guarda similitudes con el ocurrido el 8 de febrero, cuando Érika del Rosario Lucio fue asesinada con un golpe en la cabeza luego quemada dentro de su casa en Saltillo, Coahuila.