Johanna Belén Rodríguez Torres no tenía en sus planes quedar embarazada a los 14 años de edad.
Cuando supo que se convertiría en madre, siendo todavía adolescente, tuvo emociones encontradas.
Primero sintió miedo y llegó a creer que el mundo se le vendría encima. Sin embargo, al paso de los meses ha sabido sortear el reto de seguir estudiando, atender a su bebé, y perseguir sus sueños.
“Fue mucho miedo el que sentí al saber que iba a ser mamá siendo realmente una niña. Pensé que mi futuro se había terminado, pero al momento que vi el primer ultrasonido, sus latidos, cambió todo: sentí amor, alegría y ganas de salir adelante por ella”, platica con el rostro lleno de ilusión.
La tarea de ser mamá es mucho más compleja que la tarea escolar, asegura.
“Pues sí es un poco difícil y cansado, porque la niña está inquieta en la noche, no puede dormir, y pues, me tengo que levantar temprano para ir a la escuela, para darle de almorzar a mi esposo y seguir haciendo mis rutinas”, platica la alumna de preparatoria, quien en el Cetis 48 cursa el segundo semestre con especialidad de Administración de Recursos Humanos.
“Tengo 16 años. Me embaracé a los 14 y tuve a mi hija a los 15. Ser mamá me cambió la vida bastante, porque ya cuenta uno con una responsabilidad muy grande, porque me tengo que olvidar un poco de amigos, de fiestas, para dedicarme más a mi hija”, señala, “pero también vale la pena porque ahora todo lo que hago es para darle una mejor vida”.
Si bien el apoyo de sus papás ha sido importante para salir adelante y continuar con su preparación académica, en sus tiempos libres trabaja para así dotar a su nena, Nicole Jaqueline Padilla Rodríguez, de ocho meses de edad, pañales, biberones, ropa, leche y todo lo que se requiera.
“El apoyo de mis papás ha sido al 100 por ciento, ya que ellos me están pagando el estudio y me dicen que quieren que yo termine una carrera, y también eso es mi plan a futuro.
“El soporte de mi pareja también ha sido al 100 por ciento, porque él tuvo la opción de irse y decidió quedarse conmigo y con mi hija, y hasta ahorita ha sido un papá muy responsable”, platica llena de orgullo.
Johanna Rodríguez entiende que este mundo está lleno de retos y riesgos y, pese a ello, ha decidido convertirse en una mejor persona para heredarle un mejor mundo a su pequeña.
“El mundo que yo deseo para ella es sin violencia, sin maldad, con más amor entre todas las personas, pero yo sé que eso está en los padres, de cómo eduquemos a nuestros hijos; sólo así les daremos un mejor futuro”, concluyó.
