Salen de su nación obligados por diversas circunstancias, desde la económica hasta de la inseguridad, pero su trayecto en búsqueda de una mejor calidad de vida, muchas veces, es peor que vivir inmersos en un país quebrado.
Venezolanos, guatemaltecos, salvadoreños y hondureños principalmente padecen un verdadero calvario en su cruce hacia los Estados Unidos, donde buscan vivir mejor.
Sin embargo, haciendo a un lado lo duro que es la travesía, las inclemencias del tiempo, el riesgo de caer de trenes y ser atropellados por vehículos en la carretera o mordidos por un animal, los retenes se convierten en su peor pesadilla.
“En cada retén nos piden dinero para dejarnos en paz,hasta 2 mil 500 pesos”, dijo Danael, quien pidió mantenerse en el anonimato por temor a alguna represalia.
Narró que, desafortunadamente, es México el paisaje principal de lo duro de su camino, porque además son maltratados físicamente, y acosadas sus mujeres.
“Es triste ver que hay personas así, que al vernos vulnerables abusan en lugar de ayudar, que también te quiero decir, mi hermano, hay gente muy buena que nos da de comer o beber, y son los más, pero sus autoridades son abusivas, no todos, pero sí muchos”, lamenta.
Danael salió de su natal Venezuela a inicios de octubre. Ha recorrido más de 4 mil kilómetros en furgones de ferrocarril, autobuses, camiones de carga; está a escasos 30 kilómetros de llegar a la fronteranorte de México y pretende le den asilo político, así como a miles de sus paisanos y de otros países de Sudamérica.
