Internacional

La agresividad de EUA fortalece la alianza China-Rusia

 La normalización de las relaciones entre Estados Unidos y China fue clave para que Washington se enfocara en la competencia únicamente con la URSS

Moscú, Rusia. – (Agencias) La historia de las relaciones entre Rusia y China en el Siglo XX estuvieron inmersas en la Guerra Fría. En 1962, en la pequeña isla de Ussuri, comenzó la disputa entre China y la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), por ese pequeño territorio. En los enfrentamientos en ese entonces, murieron por lo menos unos 800 soldados chinos y un centenar de soviéticos.

Fue hasta en 1991, treinta y un años después, que se alcanzaría un arreglo satisfactorio para ambas potencias, escribe Raúl Zibechi, periodista e historiador uruguayo, en el medio ruso Sputnik.

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El periodista Rafael Poch de Feliu, cita Zibechi, que durante décadas fue corresponsal en Moscú y en Pekín, describe de manera sintetizada en su artículo La guerra del Ussuri, la tensión militar que existía entre ambas naciones: «La URSS mantenía a lo largo de su amplia frontera de 4,200 kilómetros con China, 44 divisiones militares, 13 más que en su flanco occidental ante la OTAN».

Henry Kissinger viajó a Pekín en secreto para reunirse con Chou en Lai, primer ministro chino, en preparación de la visita del presidente Nixon, que se realizaría en febrero de 1972, apenas dos años después.  La normalización de las relaciones entre Estados Unidos y China fue clave para que Washington se enfocara en la competencia únicamente con la URSS, ya que no podía confrontar a las dos naciones de manera simultánea.

La estrategia urdida desde Washington le dio fruto la siguiente década, con la caída de la URSS y la descomposición del área socialista de Europa del Este. La separación de estos dos poderosos gigantes siempre fue decisiva para que Estados Unidos mantuviera sus hegemonía global. Pero a partid de 2008, las cosas empezaron a cambiar.

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Xi Jinping (i) y Vladímir Putin (d)

Hoy, contra todo pronóstico y superando los duros enfrentamientos de antaño, se puede decir que China y Rusia han forjado una alianza sólida, tanto económica como política y militar. La clave es la agresividad del Pentágono en el Mar del Sur de China y en las fronteras de Rusia. En ambos casos la estrategia consiste en rodear militarmente a sus adversarios para desestabilizarlos y derrotarlos.

Un extenso artículo en South China Morning Post de Hong Kong, del 23 de enero, titulado «Cómo China y Rusia forjaron una amistad después de superar diferencias de décadas», señala que la hostilidad de Estados Unidos y sus socios de la OTAN es la clave de la alianza, apoyada en «los beneficios económicos mutuos».

Muchos analistas occidentales, incluyendo académicos de renombre, piensan que se trata de una relación endeble destinada al fracaso con el tiempo. la reflexión del sociólogo Immanuel Wallerstein que siempre sostuvo que China terminaría entendiéndose con Estados Unidos y Rusia con Europa, había resultado básico hasta la crisis de 2008.

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Para el periódico hongkonés, la finalización del puente sobre el río Heilong, conocido como Amur en Rusia, propuesto en 1988, «es una señal de cómo Pekín y Moscú han navegado las décadas intermedias para acercarse más que nunca». Desde 2013, Putin y Xi Jinping han sostenido 37 reuniones por video y el presidente ruso estará en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en China el 4 de febrero.

Putin estará presente en Pekín para la inauguración de los Juegos de Invierno, una muestra de solidaridad después de que Estados Unidos, Canadá y Australia anunciarán un “boicot diplomático” por la violación a los derechos humanos de la comunidad musulmán de los uigures.

Por su parte, Xi expresó su apoyo a su «viejo amigo» Putin, ante las amenazas de sanciones occidentales por la posible invasión a Ucrania. Como respuesta, Putin dijo que las relaciones bilaterales con China están «en su punto más alto, lo que refleja un alto nivel de confianza estratégica mutua».

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Las crecientes relaciones económicas son claves. El comercio de China con Rusia aumentó un 35.8% el año pasado a un récord de 146,880 millones de dólares, y se espera que alcance pronto los 200 mil millones. China ha sido el mayor socio comercial de Rusia desde 2010 y también es el mayor comprador de sus productos básicos, con el 14 %.

De acuerdo con Xu Poling, de la Academia China de Ciencias Sociales, la interdependencia económica entre los dos países seguirá creciendo, porque «China necesita acceso a las vastas reservas de energía en el Lejano Oriente de Rusia para respaldar su floreciente economía manufacturera y la población más grande del mundo, mientras que China es un mercado estable para las exportaciones de energía de Rusia».

Las facilidades para la trasportación del gas y petróleo de Rusia por tierra hacía China, contrasta con el viaje a través del riesgoso Estrecho de Malaca, en el disputado Mar del Sur de China, Xu destaca que «el comercio entre Rusia y China tiene una naturaleza de asistencia mutua y de confianza estratégica», ya que ninguno cree que el otro usará la interdependencia económica como arma.

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En el terreno financiero, Rusia y China acordaron desarrollar una infraestructura independiente ante la amenaza de Estados Unidos y Europa de excluir a Rusia de SWIFT, el sistema de pago electrónico más grande del mundo. En paralelo, se han comprometido a cooperar en áreas emergentes, incluida la seguridad de datos, el ciberespacio, el Ártico y la infraestructura.

En cuanto a la seguridad del área, Rusia mantiene informada a China de las conversaciones de seguridad que mantiene con Estados Unidos y sus socios de occidente. China ha reclamado un “tratamiento justo y equilibrado” en el tema de Ucrania y que las diferencias deben resolverse a través del “dialogo y la consulta”.

La cooperación militar es cada vez más fluida. La más reciente fueron los ejercicios conjuntos contra la piratería en el Mar Arábigo, «con el objetivo de mejorar las capacidades de los ejércitos de los dos países para salvaguardar las rutas marítimas estratégicas».

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El comunicado del Ministerio de Defensa chino señaló que las maniobras conjuntas profundizan «la asociación estratégica integral de coordinación China-Rusia para una nueva era». Las maniobras se realizaron poco después de que China, Rusia e Irán concluyeron un ejercicio marítimo conjunto de tres días en el Golfo de Omán.

Los medios rusos y chinos han anticipado que durante la visita de Putin a Pekín habrá anuncios “sorpresas”, aunque ninguno informó de que se trata.

MK Bhadrakumar, exdiplomático indio, informó en Asia Times que se trata del gigantesco proyecto de gasoducto Power of Siberia-2 para construir «una ruta adicional para enviar gas a China desde la península de Yamal en Siberia, donde se encuentran las mayores reservas de gas de Rusia, a través de Mongolia».

Este gasoducto se sumará al Power of Siberia-1, que en 2019 comenzó a llevar gas ruso a China a través de 3,000 kilómetros, en un acuerdo de 30 años firmado en 2014 entre Gazprom y la Corporación Nacional de Petróleo de China después de una década de negociaciones.

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Power of Siberia 1

Ambas potencias comprendieron la estrategia del Pentágono de dividirlas y la crisis a propósito de Ucrania, que Bhadrakumar sintetiza: «Reducir a Rusia y ser capaz de intimidarla es un requisito previo de la situación antes de que Estados Unidos se enfrente a China de manera integral». Si el Pentágono consigue reducir a Rusia, «cambiaría el equilibrio estratégico global por primera vez en la historia a favor de los Estados Unidos».

Por eso la alianza estratégica entre China y Rusia es de vida o muerte para ambas: «China tampoco puede permitirse el lujo de ver a Rusia hundirse bajo la presión de Estados Unidos». Las cartas están echadas y las dos potencias, que hace cinco décadas se enfrentaron armas en mano, están dispuestas a luchar espalda con espalda para enfrentar cualquier agresión.