La vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, ha solicitado este sábado que ya se prohiban las armas de asalto en el país, después de la escalofriante masacre que terminó con la vida de 19 niños y dos maestras en la escuela Uvalde en Texas.
Kamala realizó un llamado en declaraciones a los medios de comunicación tras asistir al funeral de una de las víctimas de otro tiroteo mortal, el ocurrido del pasado 14 de mayo en Búfalo por parte de un supremacista blanco en un supermercado de un área de mayoría negra.
Harris ha asegurado que las armas de asalto han sido diseñadas para matar de manera muy rápida a muchos humanos y que son armas de guerra lo cual » no tienen lugar en la sociedad civil».
Biden mencionó en un discurso que el país puede hacer de una vez por todas lo que se tenga que hacer para » proteger la vida de nuestra gente y de nuestros hijos», en una referencia velada a incrementar el control sobre las armas de fuego, cuya posesión es un derecho constitucional en los Estados Unidos.
