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«Juanito», el vagabundo de la Mirador y Bonfil

La vida de los vagabundos es compleja, se puede suponer que son personas con mala estrella y rechazadas por la sociedad, lo que hay detrás de sus vidas en ocasiones pasa desapercibido a los ojos de las personas, también se puede pensar que ellos disfrutan de sus aventuras, lo cierto es que dormir en la calle puede tener diferentes significados, dormir debajo de un puente o en las bancas de una plaza, son tantas historias y todos alguna vez observamos un vagabundo en el centro de la ciudad.

Hace unos días caminaba por una calle y me encontré con un vagabundo, era un viejo de como 80 años, por curiosidad pregunté a una señora que si sabía la historia del vagabundo, me dijo que lo conocía desde hace años, que se llama “Juanito”, que es conocido ahí en ese barrio saltillense, que no tiene familia, su mamá se le murió y esa esquina de la calle donde duerme es su casa, llueva, truene o relampaguee siempre anda ahí o en ocasiones anda en otras calles de la misma colonia, con las mismas garras y con una jauría de perros acompañándolo.

Continúe preguntando para saber un poco más de la biografía del vagabundo, otra señora me dio otros datos, comentaba que de joven “Juanito” era muy guapo pero que gustaba de tener amantes, y dicen que lo volvieron loco por lo mismo, que lo embrujaron; lo cierto es que hay diferentes versiones, pude constatar por los testimonios que el vagabundo tiene aproximadamente como 50 años de andar en las calles de la colonias Mirador y Alfredo Bonfil, que los policías en ocasiones se lo llevan para bañarlo cuando hace frío, que la gente del barrio le da ropa y zapatos pero no se pone nada, lo cobertores ahí los deja, solo trae “colchitas” livianas para aligerar su carga. Algo que me sorprendió y que toda la gente coincidía es que el vagabundo anda con un montón de perros bien bravos y hay que tener cuidado de acercarse.

Caminando por la calle de Melchor Muzquiz y llegando a la esquina de la calle Emilio Carranza, entre a una librería de viejo, me atendió amablemente el señor José, ahí por casualidad me encontré con un libro del escritor ruso Máximo Gorki, titulado Bárbara Olessova, y editado por la Biblioteca EDAF, e impreso en Madrid. Estuve leyendo algunos cuentos que formaban parte de la antología del libro y en especial hubo una historia que se me hizo interesante porque tenía que ver con la vida de Juanito el Vagabundo, y precisamente el cuento se titulaba “El Vagabundo”, ahí el escritor describe las aventuras de las personas que están sin hogar, el cuento ilustra lo que hay detrás de las personas desventuradas.

El Vagabundo, de Gorki. Es un cuento sencillo, su autor es uno de los escritores importantes de Rusia, un tipo que se enriqueció de experiencias y cultivó amistad con León Tolstói y Antón Chejov. 

Gorki cuenta que los vagabundos se distinguen por “el aire de independencia despreocupada”, por vestir ropa vieja y andrajosa, refiere que son personas que no les preocupa el salario y se conforman con un poco de pan, es decir, comer los hace felices y esa es la odisea de cada día, ahí en el cuento narra que unos vagabundos fueron acusados de robarse unos materiales de construcción porque trabajaban en la “macabra rusa” como albañiles.

Luego en la lectura Gorki relata que los vagabundos no eran ladrones, que ellos vivían al día y si hubieran robado los materiales ya lo hubieran vendido para comprar de comer porque estaban muertos de hambre, prueba de ello eran que las tripas les gruñían todos los días, por esa razón decidieron huir del pueblo en busca de nuevas oportunidades, durante su éxodo dormían en cuevas y comían lo que encontraban en el camino.

Comentaba Gorki, que los vagabundos tenían un semblante de malhechores, pero en su corazón conservan algo de bondad, todo eso lo percibía el escritor al decir que en sus ojos se veía el amor humano.

Las sociedades y principalmente las grandes metrópolis tienen por costumbre marginar a esas personas por su apariencia de maldad, pero su aspecto decía Gorki que no era realmente su naturaleza, los vagabundos en las noches eran personas de notable melancolía, hablaban de su pasado, todos alguna vez tuvieron otra vida más benigna, pero los malos tiempos fueron borrando la sonrisa de sus rostros, aun así ellos no claudicaban en su esperanza y en las noches cantaban para aminorar el dolor que los envolvía.

Los vagabundos vivían la penuria del dolor, ahí es donde el escritor Gorki juega con su cuento y con los sentimientos de sus personajes, los lleva al límite de sus resistencias, saca de quicio a sus protagonistas, sus diálogos de angustia transforman la realidad, en otras palabras, es un libro poético por la tristeza.

Gorki concluye señalando que su cuento fue redactado por curiosidad, su personaje principal deseaba conocer la vida de los vagabundos, pero al vivirla la aborreció por sus penurias, finalmente el escritor buscaba que el público fuera consiente de la realidad.

“…la vida es más pletórica y más interesante cuando lucha el hombre contra lo que le impide vivir. Durante la lucha, sin que lo advierta uno, se esfuman las horas de tristeza y de hastío.” Máximo Gorki. historiador82@yahoo.com