En el corazón de Saltillo, justo en la intersección de las calles Victoria y Purcell dentro de la Alameda Zaragoza, se ha instalado un módulo del Ejército Mexicano con la finalidad de captar nuevos elementos. Este punto, tradicionalmente concurrido por personas en busca de empleo gracias a la presencia de un centro de reclutamiento municipal y empresas privadas, ahora también ofrece la opción de ingresar a las fuerzas armadas, al menos por una semana, tiempo durante el cual los militares estarán realizando labores de promoción y orientación.
El interés no se ha hecho esperar. Aunque la convocatoria está dirigida exclusivamente a jóvenes de entre 18 y 29 años, muchas personas mayores también se han acercado al módulo, motivadas por la posibilidad de que sus hijos o nietos formen parte del Ejército. Entre los casos destacados se encuentra el de Heidi, una joven que originalmente acudió a buscar trabajo y terminó entusiasmada con la posibilidad de integrarse al 69 Batallón de Infantería, con sede en la misma ciudad.
Más allá del reclutamiento, la presencia del Ejército en la Alameda ha generado conversación sobre el valor del servicio militar y el papel que este puede desempeñar en el desarrollo personal y profesional de los jóvenes. La escena ha llevado a muchas familias saltillenses a reflexionar sobre el significado de servir al país, y sobre cómo reaccionarían si un ser querido decidiera tomar ese camino.
