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Investigan red de prostitución dentro de empresas manufactureras

Después de que se capturara a un joven guardia de seguridad, cuando acababa de violar a una operaria de la planta General Motors, de Ramos Arizpe, Coahuila, autoridades investigan y se da conocer, de buena fuente, que se abre una carpeta formalmente para indagar el delito de prostitución por parte de operarios, coordinadores y administrativos de diferentes plantas manufactureras en Ramos Arizpe y Saltillo.

En ellas se han reportado estos hechos por parte de víctimas, de forma anónima, que han sido violentadas sexualmente e inclusive violadas.

Un gran índice de reportes de hostigamiento, acoso sexual, agresiones físicas y un ambiente de total discriminación hacia la mujer trabajadora se vive tras “bambalinas” en las plantas manufactureras, reportan autoridades del sector laboral, quienes han decidido tomar cartas en el asunto.

Junto con la Fiscalía General del Estado de Coahuila se investiga lo que sucede al interior de estas empresas, sin embargo, se mantiene de manera hermética el nombre de estas y la manera en que se realizará la indagatoria para no prevenir a quienes están cometiendo estos actos delictivos.

Lo cierto es que dos víctimas de violación comprobados en la misma empresa General Motors de Ramos Arizpe, ha sido el resultado de estas prácticas.

Sin embargo, han sido las únicas denuncias que han salido a la luz pública, debido a que en su mayoría las víctimas no acusan, y mantienen en secreto las situaciones que se viven por miedo a represalias, o perder su fuente laboral.

La Secretaría del Trabajo estatal ya ha sido notificada por parte de representantes del área de recursos humanos de diferentes empresas, quienes han denunciado anónimamente las situaciones que se viven dentro de estas, siendo solapadas por líderes de los grupos de trabajadores y sindicalistas, e inclusive personal administrativo. 

Se señala que cuando ingresan nuevos trabajadores del área operativa, las mujeres son prácticamente seleccionadas por grupos de hombres trabajadores del consorcio, para ser “rifadas” entre ellos para intentar generar una relación íntima.

Si la víctima se niega, será maltratada y explotada por los administrativos, hasta que voluntariamente renuncie a su área laboral; si persiste es cuando llegan a suceder las agresiones, generalmente en áreas alejadas de la población laboral o en los baños, en momentos en los que todos trabajan.

Las empleadas corren peligro de ser acusadas y, como ya sucedió, violadas sexualmente.

Evidentemente se señala que es por parte de las administraciones de estas mismas empresas, que se mantienen las denuncias a recursos humanos y a los administrativos, para no generar escándalos que les conlleve a un conflicto laboral.