Comentarios como este: “vaya y que le firmen en el primer piso, baje y necesita otra firma; después, está mal la fecha, cámbiela y tráigamela. Ya está la nueva fecha, ah, pero falta sacarle una copia, vaya y, ahora sí, ya ingresamos sus documentos”, son comunes en las clínicas del ISSSTE en todo el país, al solicitar una incapacidad en pacientes con Covid-19.
La lentitud y el burocratismo con la que se manejan en esta institución marcan una clara apatía por dar una atención digna a los afiliados que acuden a solicitar una incapacidad médica.
Las enormes filas formadas afueras de las delegaciones estatales, incluso en las oficinas centrales en la Ciudad de México, son inhumanas; pacientes que aún portan el peligroso virus y que son acompañado por sus familiares están expuestos y originan contagios masivos.
Unos en la espera acuden aún con tanques de oxígeno, pues los lineamientos del Instituto obligan a acudir presencialmente por la justificación de ausencia laboral.
Mientras el ISSSTE otorga, y es un decir “otorga” siete días de incapacidad a sus pacientes Covid, el IMSS definió el esquema “Permiso Covid” que tiene una duración de 14 días, y de ser necesario otorga más.






