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Hölderlin, una biografía no apta para filósofos

“La poesía es la más inocente de todas las ocupaciones”.

–Friedrich Hölderlin

Las ideas de Hölderlin no congeniaban con su época, Schiller le aconsejaba que huyera de la filosofía porque perdería la temperatura entusiasta, que mejor buscara un trabajo burgués, pero todo eso alejaba al poeta de sus ideales, quizá por esa razón nunca simpatizo con el escritor Goethe, éste le aconsejaba que no fuera tan intenso en su vida para evitar desilusiones, para él eso significaba como dejar de luchar por sus pasiones.

Stefan Zweig comenta que el poeta Hölderlin cometió el error de estudiar filosofía porque hizo que solo escribiera para los eruditos y no para el pueblo, se alejó del lenguaje coloquial y sus letras perdieron aroma y sabor, más bien estaban impregnadas de filosofía y su espíritu creativo se fue alejando de él. No se puede negar la naturaleza enciclopédica del bardo, una vez que se ponía a leer a los clásicos griegos no había cosa alguna que turbara su concentración y esa fue la razón por la cual abandonara la carrera de sacerdote, a pesar de los empeños de la madre porque su hijo fuera un eclesiástico no fue posible eso.

Los biógrafos del poeta coinciden en la ambivalencia de su personalidad, era un tipo ajeno a su época, tímido y sensible, poseía conocimientos espirituales, pero su mayor defecto fue no controlar las emociones y eso le trajo un distanciamiento con sus amigos, al punto de aislarse. Tengo algunos años leyendo la obra de Hölderlin, un poeta que dejo un legado digno de leer, era una persona que dedicaba su tiempo a la escritura y disfrutaba de caminar por los paisajes de Lauffen, estudio en un monasterio de Denkendorf y a los 18 años ingreso al seminario de Tubinga.

Stefan Zweig uno de sus biógrafos de Hölderlin, argumenta que el poeta escribía para si mismo, trasmitía sus poemas que no tenían tanto color ni paisajes pintorescos, pero en sus versos había belleza de palabras, era como la tierra que absorbe el vigor del sol. Sus días eran sencillos y espontáneos, el poeta fue castigado por los dioses debido a su personalidad pura y por acercarse figurativamente demasiado a ellos, comenta que eso oscureció sus ideas y su demencia se fue volviendo incurable, solo su maestro Schiller le visitaba o le escribía, hacia una comida al día y dejo de beber cerveza.

Con Hegel dialogaba en Fráncfort sobre temas filosóficos, del dolor que produce la incomprensión de las personas, pero también hablaban de mejores tiempos y de los encuentros que dejan huella en el hombre como la primera vez que te enamoraste, cabe resaltar que ambos personajes eres libres y poseían un corazón volcánico. Zweig comentaba que su libro Hiperión contenía los sueños del poeta y en cambio su obra Empédocles no era grata para leer debido a su temática depresiva y tormentosa, ahí Hölderlin perdió la inspiración y escribió un libro de desesperanza. La sabiduría del poeta no duro, lo invadía el pesimismo, su escritura fue disminuyendo, trataba de pasar tiempo en la calle y en plazas, tratando de enriquecerse de las imágenes del pueblo, comentaba que la forma del arte tiene un misterio intraducible, por eso los pintores simpatizan con los poetas. Buscaba un mundo que no existía y que solo estaba en su imaginación, soñaba y no quería despertar, por eso huía de la realidad. Algunas cosas que disfrutaba hacer ahora le parecían aburridas, la soledad le fue trayendo dudas, se cuestionaba así mismo, producto de eso días melancólicos escribía notas y sus ideas trasmitían algo.

En París declamaba frente a los monumentos de los parques, usaba barba y traje de mendigo, su poesía se fue perdiendo y su capacidad de habla también, daba la impresión de estar en la locura y esa enfermedad lo hizo regresar a Alemania, así vivió el tiempo en la soledad de la inconciencia, solo por ratos tenía rayos de luz. Hölderlin soñaba con las historias de la Antigua Grecia, ahí estaban sus ímpetus de lectura, el mundo lo fue olvidando y él se fue olvidando de escribir, murió en una vieja torre de Tubinga, sus últimos días eran de asilamiento, comenta Zweig que adelgazo como un cuento de Hoffmann, su cabello se hizo todo de blanco y su piel arrugada, hablaba como balbuceando, en sus ojos no había expresión, sus últimos momentos la pasaba sentado en su piano y así pasaban sus horas, solo disfrutaba los rayos de sol que entraban por su ventana.

Muere el 7 de junio de 1843, sus escritos se dice que fueron a parar a una Biblioteca de Stuttgart y ahí se empolvaron por muchísimos años. Su muerte paso inadvertida, en lo personal me parecer que las buenas historias no se pueden olvidar, Hölderlin es más que un libro empolvado de los anaqueles de las bibliotecas.