Piedra Blanca, el Mezteño, Pilar de Richardson, San Antonio del Jaral, La Rosa, entre otros, son ejidos que atraviesan por una situación compleja: no tienen agua.
La falta del vital líquido obedece a los recortes presupuestales y el retiro de subsidio que ha emprendido el gobierno federal, por ejemplo, el apoyo que se daba a este tipo de comunidades a través de la Comisión Federal de Electricidad, y que al momento les fue retirado.
Por ende, el costo de la energía eléctrica se elevó, y para muchos ejidos les es imposible pagar las enormes cantidades de dinero.
Al no contar con el servicio de energía eléctrica, los pozos de agua dejaron de funcionar y hoy en día se refleja esta carencia.
Familias como la de doña María del Carmen Martínez tienen que viajar kilómetros para conseguir el
vital líquido para uso doméstico, sin mencionar el agua que se requiere para los sembradíos y animales.
Es por ello por lo que lanzan un llamado de auxilio a las autoridades de la Federación, que seguramente antes de retirar el apoyo, no sabrían lo que significaría para miles de familias que habitan en las comunidades ejidales.
