En el ISSSTE, desde que surgió la pandemia generada por el Covid-19, se han originado trabas burocráticas protagonizadas por su personal, que ha entorpecido otros procesos para tratamientos, incapacidades y otras circunstancias médicas.
Por ejemplo, obtener una simple incapacidad médica laboral se ha vuelto un viacrucis, desde el momento en que los mismos asistentes médicos trabajan bajo resguardo sanitario, y con la mitad de la planta laboral.
Además están la incoherencia entre las instituciones médicas y las plantas laborales; estas exigen al trabajador buscar un documento que avale la incapacidad, que tiene que ser emitido en una clínica de salud correspondiente a su Seguridad Social, lo cual pone en riesgo su propia salud, exponiéndolo al contagio de coronavirus.
En promedio una fila de pacientes tiene una duración considerable; se dan cita desde las 4:00 de la mañana para que tres horas después sean por fin atendidos en el turno matutino.
