Los nutricionistas y expertos en alimentación aseguran que, si un alimento es rico en grasa y, por ende, alto en calorías, no significa automáticamente que es perjudicial. Por ejemplo, los frutos secos o el salmón. Por eso, hay que tener en cuenta dicho aspecto antes de hablar de alimentos que engordan o adelgazan.
No podemos valorar de forma aislada la influencia que tiene un determinado alimento ya que sobre nuestro organismo influye tanto el patrón alimentario completo como el ejercicio físico que realizamos a lo largo del día. Conviene saber cuáles son los alimentos que más favorecen la obesidad y cuáles la previenen.
Científicos reconocidos de Estados Unidos hicieron recientemente un ránking con los alimentos que más engordan y los que en mayor medida favorecen la pérdida de peso. En la cúspide de la pirámide se sitúan las patatas fritas, seguidas de los refrescos, los zumos con azúcar añadido, la comida rápida como las hamburguesas o los kebabs, o la carne procesada. En el extremo opuesto, se encuentran el agua, los yogures, las verduras, los frutos secos y la fruta.
A partir de esta información publicada, podemos concluir cuál es el alimento que menos engorda. Si atendemos única y exclusivamente a la cantidad de energía que aporta y nos olvidamos del patrón alimentario global, tanto las frutas como las verduras, que se componen principalmente de agua, suelen tener muy pocas calorías. Sin embargo, la cantidad de azúcar intrínseco (y saludable) de las primeras eleva un tanto (no demasiado) su contenido calórico. Así, las verduras emergen como el grupo de alimentos que menos favorece la obesidad. Dentro de este grupo y según la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (Bedca), las endibias serían el alimento que tiene menor aporte calórico.
100 gramos de estas hortalizas aportan sólo 9 kilocalorías al organismo ya que contienen 0,7 gramos de hidratos de carbono, 0,2 gramos de grasas y 1,1 gramos de proteínas. A la endibia le seguirían otras verduras como el apio y el pepino, con 11 y 12 kilocalorías, según Bedca.
Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), las endibias son un alimento interesante desde el punto de vista nutricional:
«La lechuga es un alimento con bajo contenido energético. Entre los macronutrientes, los hidratos de carbono destacan por su contenido en insulina, un oligosacárido al que se le destaca por su acción prebiótica».
La lechuga también es fuente de folatos y vitamina A. Los folatos contribuyen a la formación normal de las células sanguíneas y al funcionamiento normal del sistema inmunitario. Además, esta hortaliza es rica en potasio, un mineral que contribuye al funcionamiento del sistema nervioso y de los músculos. Por último, la FEN destaca que, al consumirse generalmente en forma cruda (ensalada), se evitan las pérdidas de nutrientes durante el cocinado.
