“Ser papá es un regalo de Dios. Es la prueba más clara de que Él existe y que me ama”.
Así responde Jesús Montana Rodríguez cuando se le pregunta que representa para él la paternidad, a lo que añade que significa una gran responsabilidad que demanda tiempo completo.
“Es algo cansado porque, para darles lo que yo no tuve, tengo que invertir tiempo, aunque, honestamente, es lo mejor que me ha pasado en la vida”, declara Chuy Montana, como se le conoce en el medio artístico.
Fue cuando tuvo a su primer hijo en sus brazos que el animador y presentador de televisión experimentó el amor incondicional.







“Primero comprendí, al tener a mi primer hijo en mis brazos, el amor que mi padre sentía por mí; con el tiempo percibí lo que es amar sin importar nada ni nadie.
“Mis hijos son los motores de mi vida; puedo no haber dormido, o no haber comido, pero cuando estoy con ellos siento que estoy completo”, señala con orgullo.
El también músico no repara al reiterar que ser papá es lo mejor que le ha ocurrido, y confiesa que le encanta pasar tiempo con sus hijos, un varón y dos niñas -una de ellas nacida en mayo reciente-, Kaleff, Fernanda y Mabel.
“Sí les hago de comer. Les gusta mucho que les guise”, sonríe, “Salimos a pasear. Con mi hijo disfruto jugar al fútbol; a mi hija le gusta que le cuente historias, que le haga cosquillas y las voces de sus personajes favoritos. “Ahora que soy papá sé que Dios existe. Aunque no tengo la misma paz que cuando se es soltero, pero con gusto pagaría cualquier precio para proteger y hacer felices a mis hijos”, concluye.