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¿Entre mujeres pueden despedazarse, pero nunca hacerse daño?

Durante tres años Daniela y Estefy mantuvieron una amistad sana. La premura de la vida, las ocupaciones y responsabilidades de la adultez las llevaron a tomar caminos distintos.

Daniela Rodríguez Fernández, saltillense de 25 años de edad, narra una de las experiencias más desagradables de su vida al haber sido involucrada en una situación de violencia física y verbal de la que no pudo salir bien librada.

El pasado 24 de septiembre, en un domicilio ubicado en la calle Moctezuma de la Zona Centro de la ciudad de Saltillo, se encontró con Estefy “N” y su novio.

Lejos de establecer una conversación amena de reencuentro, una acalorada discusión las llevó a una violencia física que quedó grabada en las cámaras de seguridad del sitio.

Daniela asegura que nunca había participado en una riña ni nada parecido, y que la agresión la tomó por sorpresa.

“Me da vergüenza porque las cosas siempre pueden hablarse”, expresó.

Durante el episodio había una persona más presente, identificado como Fer “N”, a quien la mujer agredida pidió ayuda, pero éste reacciono atacándola y sumándose a la agresión.

La travesía legal de las víctimas de violencia que buscan justicia es difícil y casi imposible.

Si miles de feminicidios quedan impunes, un ataque como el que Daniela narró no puede castigarse y prácticamente no existe consecuencia de ningún tipo.

«Busqué ayuda en diferentes instancias. Sé que la violencia tiene consecuencias y más si un hombre participa, pero la realidad para la víctima es muy distinta a lo que manejan las campañas de erradicación de violencia de género», lamentó.

En Coahuila, la oficina de Empoderamiento de la Mujer señaló no tener injerencia y la Fiscalía de Justicia del Estado sólo pudo brindar una restricción de 60 días desde el momento de la notificación, pero como la denunciada no recibió el documento, no existe tal protección. 

Daniela manifiesta sentir miedo e impotencia al no poder proceder legalmente para protegerse.

“Prácticamente me dijeron que no se puede hacer nada, que, si me buscan los agresores, regrese a poner otra denuncia”, señaló.

En México cientos de feminicidios tienen el antecedente de denuncias establecidas antes del ataque final, o de un llamado de auxilio de parte de las víctimas para las autoridades.