Después del asesinato de dos sacerdotes jesuitas, la iglesia católica no tuvo otro remedio más que entrarle al tema de la violencia en México.
Este crimen se suma a la insensibilidad por parte del presidente Andrés López ante una realidad que nos come día con día.
AMLO tiende a minimizar la situación de violencia por la que atraviesa el País, esto no es nuevo.
Sin embargo, la iglesia ha levantado la voz señalando que el crimen organizado rompió con todos los límites, y ahora deben pagar cuotas a grupos del narcotráfico.
Los católicos creyeron que por el peso moral que representan el presidente atendería de inmediato estanecesidad; para sorpresa de todos, en esta ocasión no minimizo el hecho, sino que puso en duda la palabra de sacerdotes y obispos.
En respuesta, la iglesia convoca a realizar jornadas de oración y memoriales en nombre de todos aquellos que hacen parte de la cifra que el presidente no quiere ver.
Cada iglesia deberá colgar el rostro de las víctimas de su comunidad; será en el mes de julio, un mes de manifestación pacífica ante un presente que cada día da más miedo.