Era la década de los años 60. El teléfono estaba lejos de ser inalámibrico. La televisión no era concebida sin una enorme (y pesada) caja detrás. Los anuncios comerciales se jactaban de vender la imagen de la mujer orgullosamente abnegada dedicada a las tareas del hogar. De redes sociales ni hablar. Nada más distito al siglo en el que estamos. Nada más lejano de este 2022. Pero ambas épocas parecen adolecer de los mismos problemas bajo una particular perspectiva de vigencia inagotable: la de la pequeña Mafalda, esa niña creada por el argentino Quino cuya preocupación principal son los males del mundo.
“Los problemas siguen siendo los mismos”, dice la curadora de arte del museo argentino del Barrilete, Sabina Villagra, “las preocupaciones, las aspiraciones; sigue siendo eso muy importante, y creo que dentro de 30 años va a seguir pasando”, resalta explicando la importancia de El mundo según Mafalda, una exhibición que busca rememorar la obra del caricaturista argentino de la manera más fidedigna posible.
El objetivo de la obra es recordar a quienes ya conocen a la pícara niña, y dar a conocer a las nuevas generaciones, las reflexiones que ella desde la cotidinidad en su casa, con su madre o con sus amigos, hacía para tratar de explicarse por qué las cosas eran como eran a su alrededor, así como el meollo principal de los problemas “serios” que ocurrían en el mundo, de los que, dicho sea de paso, se enteraba a través de los noticiarios.
(EFE/ Francisco Guasco)
“La exposición nace en un museo para niños. La idea era contarles a los chicos sobre este personaje de la década de los 60; su visión, todo lo que sigue aportando a pese de que hace tantos años Quino la dibujó”. Lo que no se esperaban, aunque no fue ilógico, es que al poco tiempo de inaugurarse prácticamente se convirtió en una muestra para adultos, “no hay edad para visitar esta exposición” que se encuentra en su último fin de semana en México, en una sala de Paseo Interlomas.
El 29 de septiembre de 1964 fue la primera aparición de la pequeña en la tira de prensa que lleva su nombre. El humorista gráfico Quino la recreó desde esa fecha hasta 1973. El personaje nació como un claro reflejo de lo que era en ese momento la clase media argentina: el Citroën 2CV que manejaba su padre, el departamento modesto en una especie de unidad habitacional en el que vivían… Pero también ha trascendido como la cara del inconformismo social pero sin perder la fe en la humanidad. Y eso a nivel global, ya que su legado ha sido traducido a por lo menos 26 idiomas.
Los mundos literalmente representados como esta icónica niña los describía: uno de apariencia desinflada que representa el “mundo enflaquecido”, otro reposando en cama que se refiere al “mundo enfermo”… su aborrecimiento por la sopa… su enagenación por los Beatles… todo fue meticulosamente montado en la exposición compuesta de varias salas.
Primera tira publicada de «Mafalda» (Imagen: “Universo Mafalda”)
Eso sin dejar de lado la historia de Quino, pseudónimo con el que fue conocido Joaquín Salvador Lavado Tejón, un humorista gráfico e historietista argentino de fama mundial cuya gran obra fue Mafalda. Él falleció el 30 de octubre de 2020, en Mendoza Argentina. De una manera desapegada de lo convencional, la exposición hace la presentación del atista de una manera más personal, con comentarios sobre él hechos por aquellos que realmente lo conocían. “Buen comer, buen beber, buen vestir”, se lee en un fragmento. “Ciudadano español, vecino de Milán. Varias naciones se lo disputan pero Alicia no negocia su parte”, aparece en otro de los globos con textos, alrededor de la caricatura del argentino.
Y para respetar cada detalle de la obra, la curadora de arte se envolvió en un reto, que le llevó poco más de un año, en el que montó esta exposición, “su bebé” como le llama, de la manera más apegada posible a la obra.
“Básicamente es recorrer un espacio como si nos estuvieramos metiendo en la historieta de Mafalda”, cuenta la curadora de arte a Infobae. No lo dice a la ligera. Para empezar, todo lo referente a la tira es en blanco y negro, recordando el estilo de la historieta en sus inicios. También los elementos tienen una dimensión plana. Por ejemplo, el icónico Citroën 2CV está montado en tamaño real, pero como si estuviera aplastado, como tal cual el dibujo. La casa de Mafalda también está reconstruida en la muestra al típico estilo de un hogar de clase media de los 60′s, con autenticos utencilios y muebles de la época, según cuenta Villagra.
También se destaca la esencia del mensaje de Mafalda. Los matices de sus personajes que representan los diferente y complejo que puede ser cada ser humano, acompañado siempre de la eterna tolerancia y empatía de la sabia niña. Los derechos humanos de los niños también se encuentran ahí representados. Y las legendarias conversaciones con su madre que recuerdan como la pequeña estaba adelantada a su época en temas cruciales como el feminismo, con todo y que fue creada por un hombre.
“Eso es lo genial que tiene Quino; tuvo un poder de univerzalizar los temas… creo que a todos los puso muy humanos”, señala la artista argentina sobre los diversos personajes de la tira. “Quino quiso contar distintas visiones del mundo”, señaló recordando que nos es lo mismo la visión de Susanita que la de Manolito, ni esas era la misma que la de Mafalda, “ahí nos va enseñando como cada uno ve el mundo y nos ayuda a reflejarnos con cada uno”.
La exposición recorrió su natal Argentina. Pero después cruzó fonteras, como lo hizo la propia historieta. El mensaje y los dilemas que plantean, siempre en un tono universal, siguen atrayendo al razonamiento, a pensar.
“Su carácter atemporal, que no tiene fronteras y que todo lo que nos viene a decir nos sirve”, destaca Sabina. “En tiempos tan difíciles que nos ha tocado vivir es como un mensaje con esa esperanza de que uno puede aspirar a algo mejor”.





