Las Universidades del Bienestar Benito Juárez creadas por la actual administración federal, y puestas en funcionamiento en el 2019, enfrentan opacidad, falta de maestros y planteles inconclusos, además de no tener la figura jurídica que les permita a sus egresados obtener el título y la cédula profesional.
Con un presupuesto de más de 4 mil millones de pesos, aún existen 12 planteles con cero avance en su construcción; no cuentan con docentes suficientes y los primeros egresados no cuentan con título ni cédula profesional.
Los primeros egresados de las universidades del Bienestar, además enfrentan una batalla legal al recibir títulos en papel que no tiene ninguna validez oficial, pues no cuentan con los requisitos necesarios para obtener sus cédulas profesionales.
La matrícula que maneja la coordinación de las Universidades, a cargo de Raquel Sosa Elizaga para el ciclo 2021-2022 tenía inscritos a 37 mil 585 estudiantes en las 145 sedes, que inició en agosto pasado. Sin embargo, de esas 145 sedes, según datos oficiales de la propia universidad, solo 84 planteles están construidos y 10 se encuentran en cero por ciento de avance, dejando a los estudiantes en planteles sin sedes oficiales o compartiendo edificios.
El pasado 13 de octubre los estudiantes de la escuela de medicina de Tlalpan, pero que toman clases en una dirección de la alcaldía de Cuauhtémoc, protestaron en la parte posterior de Palacio Nacional exigiendo solución a la coordinadora general Raquel Sosa, en donde se leían carteles con las consignas “Raquel no responde” “Raquel, escucha, por una educación completa e integral, es nuestra lucha”.
También el pasado viernes, estudiantes se manifestaron en Guerrero frente al presidente Andrés Manuel López Obrador, exigiéndole la construcción de su plantel. “Queremos hablar pacíficamente, son tres años sin escuela” y “Exigimos sede digna”, escribieron en pancartas que mostraron al presidente.



