Cultura

Del Libro del desasosiego

En los primeros días del otoño, entrado de repente, cuando el oscurecer toma una evidencia de algo prematuro, y parece que tardamos mucho en lo que hacemos de día, gozo, incluso entre el trabajo cotidiano, esta anticipación de no trabajar que la propia sombra trae consigo, por eso de que es de noche y la noche es sueño, hogares, liberación. Cuando las luces se encienden en la oficina amplia que deja de ser oscura, y hacemos horas extras sin que dejásemos de trabajar durante el día, siento un bienestar absurdo como un recuerdo que perteneciese a otra persona, y me sosiego con lo que escribo como si estuviese leyendo hasta sentir que voy a dormir. (Bernardo Soares, Libro del desasosiego)