La armada ha acelerado la producción de naves autónomas para no quedar rezagada debido al poderío naval chino, pueda decidir a no repetir altos fiascos de los años recientes en la construcción de barcos.
La Armada ha acelerado la producción de las naves autónomas para que no quede rezagada ante el poderío naval chino, decidida a no repetir los costos fiascos de años recientes en la construcción de barcos.
Según información, los cuatro barcos autónomos más grandes, están siendo usados en maniobras navales multinacionales en el océano Pacífico.
También se han desplegado naves autónomas más pequeñas en la quinta Flota, frente a las costas del Medio Oriente.
El objetivo de estas estrategias es observar como se pueden combinar los radares y sensores de dichas naves con la inteligencia artificial, e integrar todo esto a los cruceros, destructores, submarinos y portaaviones tradicionales, para poder generar una nueva flota que se pueda desplegar en espacios más amplios y sea más complicada de destruir para el enemigo, según información de la Armada.
La Armada estima que la tecnología puede ayudar en tres áreas claves, el alcance de armas, la exploración y comando y control, a un costo más bajo y sin poder exponer al personal, de acuerdo con James Holmes, profesor de la Escuela de Guerra Naval de Newport, agregó que hay que comprobar todos estos beneficios, al igual que la durabilidad de las naves en las aguas saladas.







