Opinión

De tin marín de do pingüé…

El gobierno de forma tan ‘simpática’, ha eludido en todo momento su responsabilidad en cuanto a la pandemia.

Lo obvio de la obviedad, viene luego de que de manera irresponsable y completamente desastrosa, el gobierno federal en ningún momento optó por generar las condiciones óptimas de un adecuado y digno manejo de salud, mucho menos para un retorno a las aulas.

No habla la oposición, ni el cartucho quemado de “los adversarios de la 4T”, el mismo gobierno federal se ha encargado de generar la desconfianza entre los mexicanos, y ahora; los padres de familia. 

La Secretaría de Educación Pública, tuvo más de 17 meses para planear un seguro regreso a clases. Parece increíble que a marcha forzada no exista un plan de salud que sea tangible, un plan que no genere desconfianza e incertidumbre en el pueblo mexicano.

Esta semana, personajes ligados a la fiel administración de López Obrador, se dieron a la tarea de “hacer spots” declarando que los contagios a los jóvenes y menores de edad no son tantos como la misma Secretaría de Salud lo ha dicho, sino que más bien exageran.

Y pues, los fieles no pueden llevarle la contra al presi.

La pandemia no fue una crisis de salud en México, la pandemia fue un asunto político que se simplificó para la 4T en tener el control completo desde una pantalla… ‘La Mañanera’.

Nunca vimos a un presidente de la república que se ocupara de la salud del pueblo, es más; manejó de manera tan fría las muertes por Covid de miles de millones de mexicanos.

¡Señor presidente, ni Jesús de Nazareth castigó a tantos!

La increíble 4T, tal parece que se esmera por hacer las cosas requete mal.

Doña Delfina Gómez, quien se supone que es la secretaria de Educación Pública, no supo, como su líder, defender el puesto. Ha dejado varados y desprotegidos a millones de docentes por su falta de liderazgo, además, de no hacerle frente a “la necedad” del Ejecutivo de imponer sus deseos sin importar las consecuencias que se tengan, anteponiendo la vida de niñas, niños y jóvenes.

Su posición refleja la incapacidad de la administración y por supuesto; el anunciado fracaso a un regreso a las aulas, por lo que la responsabilidad se escapa entre los corredores del Palacio Nacional.

Aquí ta’, aquí no ta’

Esta misma semana, la SEP, envió un comunicado por medio de redes sociales, afirmando que ante un posible e inmediato regreso a clases, circulaba una carta responsiva falsa y que los padres de familia debían cuidar qué carta era la original.

¡Pues puro show! La SEP liderada por Delfina Gómez no sabía en qué agujero meter la cabeza y encima de todo, García Vilchis aseguró que los columnistas y medios de comunicación difundieron dicho documento. 

Ante los rumores, López Obrador invitó atentamente a doña Delfina a ‘la mañanera’ para esclarecer el embrollo que él y sus protegidos han hecho.

López Obrador dijo ‘nanais nanais’: “ni la carta ni el regreso a las aulas será obligatorio”.

Mi presi, su administración debería aparecer en la sección de ‘Quién es quién en las mentiras’.

De plano, después de una regañadiza que le pusieron allá por Palacio Nacional, Gómez Álvarez salió a poner la otra mejilla diciendo que la supuesta “carta responsiva” que anteriormente había propuesto la SEP a todas luces, finalmente se echó pa’ atrás.

Titubeante, confusa, ausente, Delfina Gómez no respondió ninguna de las preguntas que Danielle Dithurbide le hizo en la entrevista, a parte de asegurar que la ‘carta responsiva’ sólo formó parte de la primera etapa de la pandemia, es decir; que fue puro alboroto pa’ saber cómo reaccionan los padres de familia.

Como por arte de magia o más bien por una sarandeada, la dichosa carta que los padres de familia tenían que firmar, para enviar a sus hijos a clases presenciales, fue eliminada del protocolo. Un protocolo que sólo incluye los puntos a seguir para mitigar en la medida de lo posible los contagios de Covid-19 al interior de los planteles de educación básica.

“Lo valoramos y llegamos a la conclusión de que en nada nos apoya. Lo que podemos hacer es decir las recomendaciones de manera verbal».

Lejos de todo este alboroto, no existe la capacidad del gobierno federal para afrontar un regreso a clases seguro. No existe una responsabilidad cuando el mismo presidente ante el pueblo, su querido pueblo; les dice que en esta vida, “se tienen que correr riesgos”.