Coloquialmente son llamadas «Marías».
Son mujeres indígenas que podemos encontrar en los cruceros de la ciudad de Saltillo vendiendo sus artesanías, artículos de temporada, o simplemente pidiendo ayuda económica.
No están solas, ya que se acompañan por otras mujeres de diferente edad, y sus hijos o nietos.
¿Alguna vez se ha preguntado de dónde son, por qué están aquí y dónde duermen junto a sus familias?
¿A dónde va a parar el dinero que consiguen en las calles?

Estas mujeres pueden ser originarias de la sierra de Chiapas, Oaxaca o Puebla. Además del español hablan su lengua indígena y sólo vienen por temporadas a la capital de Coahuila para reunir algo de dinero y regresar a su tierra.
Es decir, solo 2 ó 3 meses están aquí, buscando la moneda en los cruceros donde, quizá reunidas, sea más dinero el que reúnen del que pueda imaginarse, y que utilizan para comer.
Incluso así les sobra algo para regresar a sus comunidades.
¿Y dónde viven? Por mucho tiempo han existido leyendas urbanas de personas que explotan a estas mujeres y que reclutan a madres e hijos para que pidan dinero, que les quitan quienes las traen a Saltillo y las mantienen viviendo en una casa con limitaciones.
La realidad es otra, a decir de Patricia Moreno, directora de la Unidad de Integración Familiar de la Policía Municipal de Saltillo.
“Estas mujeres llegan en familia junto con otras de las mismas comunidades. Al llegar a Saltillo van a colonias donde las rentas son más accesibles, como Loma Linda o Teresitas, por mencionar algunas”, explica.
2Rentan para vivir la temporada que estarán por vivir en Saltillo, en una casa con dos habitaciones pueden vivir hasta tres familias y el pago se divide entre todas, rentas que van desde mil o mil 500 pesos, a 2 mil o 2 mil 500 máximo por mes”, detalla.
La funcionaria señala que estas mujeres dicen que van a ciudades grandes debido a la falta de oportunidades en sus comunidades, internadas en la Sierra.

También los hombres buscan empleos y esa es otra entrada adicional.
Mientras, los niños acompañan a sus madres en todo momento, pero el estar entre automóviles en los cruceros representa un serio peligro.
Sin embargo, para las llamadas “Marías” esta es una forma de vida con una temporada de trabajo en la gran ciudad, y otra temporada en sus comunidades de origen.