“Después de ahogado el niño, ahora sí, a tapar el pozo”.
Este dicho aplica luego de que hace unos días un joven de 22 años de edad cayera de las escaleras de una plaza comercial, en la ciudad de Saltillo, para así perder la vida.
En el sitio, la mayoría de los locales son antros o restaurantes bar, y aunque los clientes salen en estado de ebriedad y el riesgo es constante, no hay barandales para evitar su caída.
El negocio es así: entre más consuman bebidas embriagantes, se gana más, sin importar si tienen que caminar para ir a sus carros y manejar en estado inconveniente, pues la responsabilidad del antro termina cuando el cliente sale del establecimiento.
Tal parece que la moda es poner bares en partes altas de plazas comerciales, pero sin medidas preventivas.
La mañana de este lunes 13 de septiembre ya se revisaban las escaleras para ver cómo evitar que la tragedia vuelva a ocurrir; no obstante, la vida de aquel joven ya no se puede recuperar.
