El olvido, por Ricardo Ranz
“La sabiduría solo se alcanza siendo hijo pródigo de uno mismo”. De los diarios de Franz Frichard...
“La sabiduría solo se alcanza siendo hijo pródigo de uno mismo”. De los diarios de Franz Frichard...
No puedo resistirmelejos de ti,no podía dormiren ninguna noche ysi me quedaba en otro lugar,inmediatamente me despertaba.¿Cuántas personas han pintado…sus campos esperanzadosdesde el amanecer hasta el atardecer,y entre flores y árbolescuántos amores nacieron…y cuántas lunasque han coloreado las nochesentre diamantes...
Tampoco podría faltar el laberinto. La mitología aquí no ocupa un lugar árido: “No soy Teseo, / no eres Ariadna / y ni Príamo y Tisbe tras la grieta somos”. En otro poema, “Álgebra”, nos trae al mejor Yehuda Amijai,...
Los poemas de Svarabhakti (Maclein y Parker) parten de la vida (“Vida y poesía”, “Tarjeta de embarque”, “Velá”, “Esferas”) y, otros, de piedras que ensambla el poeta como un arquitecto, inquieto e impaciente, sin caer en la trivialidad de largos guantes blancos...
He venido a hablarles de los lobos que no adoptan una postura diplomática de esperar los acontecimientos. La literatura es no ejercer de debutante en la escritura, estar rojo de rabia, escuchar el bramido del viento y encontrar un material...
Observemos la manera de pintar de Granell, se quita los guantes gritando feliz, tiene un estilo propio que guiña el ojo como un pájaro real y sincero, se queda largos minutos disfrutando del súbito frescor en su bosque lácteo al...
Déjame sentarme en la banca del olvido. Por un instante. Tengo tan cansados los latidos. El extrañarte ahonda los espacios y sus tiempos. Y vuelve tan eternos, los segundos... Y no le da nada de beber al corazón. Los labios...
Rebusca en los bolsillos hasta dar con una linterna y nos hace prestar atención a murmullos que de forma gradual se convierten en palabras distinguibles. Me viene a la cabeza el estribillo de Wang Wei: “Sentado solo en los oscuros...
Federico Granell ama el bosque sombrío como Walt Whitman amaba el susurro de hojas tiernas. En Para iluminar un bosque abre la verja sin ruido de entrada y nos ceñimos a sus paneles como cuerdas onduladas. Hay lámparas que salen un momento...
Llegue el buque de línea de águilas derrochadoras a las que les va mejor la vida que a las águilas agarradas. Ruego ante el crucifijo por el amor de mi ángel. El motín-ardor de las águilas que asoman los picos...