Comerciantes reaccionan ante la presencia del calor y de temperaturas a más de 35 ó 36 grados Celsius, algo a lo que no se está acostumbrado en la ciudad de Saltillo, Coahuila.
La realidad es que esto ha cambiado totalmente la dinámica en algunos negocios.
Un peculiar puesto de venta de fruta dulce, que tiene varias décadas en el centro de la ciudad, es atendido por la familia Torres.
Son ya tres generaciones que se encuentran ofreciendo fruta fresca, pero hoy en día les toca enfrentarse a algo que antes no: muy altas temperaturas.

Reconocen que el calor podría dañar o afectar la fruta que venden, si bien aceptan que también ha provocado que aumenten las ventas, pues desde temprano las personas que caminan alrededor buscan algo fresco para mitigarlo.
La fruta es una buena opción, además de que funciona para muchos como almuerzo, desayuno y hasta comida.
Enrique Torres, o “Kikín”, como le conocen en este puesto de fruta, envía un mensaje a las amas de casa: mantengan sus frutas en espacios frescos y revisen la temperatura en que la consumen sus niños, pues cuando estén calientes puede dañarles el estómago.






