“Empiezo porque no tengo fuerza para pensar; termino porque no tengo alma para interrumpir. Este libro es mi cobardía.” Sin embargo, Pessoa nunca puede dejar de escribir; y continúa: “escribir es despreciarme, (…) el vicio que desprecio y en el que vivo”. Pero hay algo de una belleza absurda, insensata en escribir: “Escribo acunándome, como una madre loca a un hijo muerto”.
Pessoa
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