Cultura

Los trenes, Sara Caviedes

En contra de la marcha de los trenes
fuga de mí el amor,
los árboles, las casas,
el muro, los cipreses y sus muertos,
el liquen que habita la arista de los nombres.
La intermitencia de la luz.
Su inquina.
El ojo.
Su inquina.
Y no hay bestias que arañen mi mejilla.
Ni rastro de semillas
profanadas.
Todos mis sueños van intactos
en este vagón.