Ojo de agua o agua de ojo, puede verse en la mirada del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Y no por su supuesta recuperación del Covid-19, que tal parece que fue exprés y así mató a dos pájaros de un solo tiro.
Para empezar logró convencer a sus fieles seguidores de que él no se ha vacunado, y de paso desaparecer para que no se cuestione qué pasa con la llegada de las vacunas a México, esas que dijo comprar pero que no arribaron y que, por cierto, no hay ningún comprobante de la adquisición, pese a que dijo gastar 120 mil millones en vacunas aunque sólo llegó un número menor de estas.
Por eso no sabemos si el tema de las vacunas en México es real o es ciencia ficción, pues dicen que los documentos están bajo llave.
Pero en la lista que la Organización Mundial de la Salud publicó de los países que compraron vacunas, ¿Quién cree que no aparece?
Así es, México, y en lugar de darnos una solución, AMLO nos está dando atole con el dedo.
En Coahuila, el delegado de la Federacion, Reyes Flores Hurtado, y Martha del Ángel, regidora del municipio de Saltillo por Morena, apoyan que se inmunice a los “servidores de la nación”, por lo que se sigue evidenciando la intención de que la vacuna sea la esperanza de México y de este partido, para ganar elecciones.
La realidad es que tenemos una estructura para poder vacunar pero el gobierno federal no la utilizará porque así no pueden condicionar la salud por el voto.
Y lo más triste es que tenemos sólo vacunas virtuales porque no sabemos de dónde llegarán.
Y del proceso de registro para adultos mayores mejor ya no opinamos porque, como ellos mismos dicen, “nos la pusieron difícil”.
Tal parece que no quieren vacunar y así Morena presume que dará su presupuesto para la vacuna.
¡Qué poca vergüenza querer ganar votos a costa de la pandemia que nos ha costado la muerte de parientes!
¿Sigue siendo un honor estar con Obrador?
