Después de que las intensas lluvias provocaran daños en diversas zonas de Saltillo, incluyendo socavones y afectaciones a pequeños comercios, uno de los casos que más conmovió a la comunidad fue el de don Héctor y su esposa, quienes perdieron su estanquillo de gorditas ubicado en las antiguas instalaciones de la Cruz Roja, sobre la calle Rayón. A una semana de aquel incidente, la pareja ha logrado regresar con un nuevo estanquillo, al que vecinos y clientes han bautizado como «el renacido».
El pequeño local, ahora reconstruido, volvió a abrir sus puertas en la esquina de Rayón y Presidente Cárdenas, donde don Héctor y su esposa atienden nuevamente con entusiasmo, ofreciendo sus tradicionales gorditas y refrescos. Aunque enfrentan aún algunas carencias —por ejemplo, solicitan donaciones de envases retornables, ya que la empresa refresquera no les brindó apoyo—, la pareja se muestra agradecida de poder trabajar otra vez.
Este regreso representa no solo la reconstrucción de un negocio, sino también un símbolo de resistencia y esperanza tras los estragos del temporal. La historia de don Héctor ha generado apoyo de la comunidad, que poco a poco vuelve a acercarse a su puesto, reafirmando que la solidaridad también se cocina todos los días, gordita tras gordita.
