Así como lo recuerdan muchos cuando eran niños, la tradición sigue viva.
Acudimos a la Catedral de Saltillo, donde se observa una gran afluencia de adultos mayores que participan en el novenario del Santo Cristo, acompañados de sus nietos.
Es decir, las abuelas y los abuelos siguen siendo quienes fomentan esta tradición en los más pequeños. Aunque los tiempos han cambiado, la tradición sigue con fuerza.
Hay quienes recuerdan que, cuando eran niños, sus abuelos les decían que, para poder asistir a la fiesta del 6 de agosto, debían asistir al menos a tres de las misas del novenario.
Algunos afortunados lograban cumplir con este requisito, mientras que otros se esforzaban por asistir a todas las misas para asegurar su boleto a la fiesta.
Estas historias pasan de generación en generación, con abuelos que transmiten a sus nietos el amor por el Cristo de la Capilla, considerado una de las fiestas más importantes de la ciudad, solo después de la del 12 de diciembre y la de San Francisco de Asís.
