Pareciera una broma, pero es real, las miles de toneladas de maíz transgénico, que se producen en los Estados Unidos, que siembran para alimentar a su ganado, gran parte de estas se importa a México, pero para consumo humano, el 65 por ciento del consumo en el país de este alimento proviene del vecino país.
Lo anterior, es el impacto que ha tenido el desatender, por las autoridades federales, la actividad en el campo, a consideración del dirigente estatal de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas en Coahuila, José Luis López Cepeda.
“Como es posible que el maíz que consumimos en México sea sembrado en Estados Unidos, para dárselo a sus animales y que nosostros, siendo un país productor de este alimento, consuma hasta el 65 por ciento de este producto transgénico“.
Agregó que es lamentable ver cómo la comunidad ejidal y el campo se están quedando vacíos, donde los jóvenes emigran a las ciudad a formar cinturones de pobreza en busca de empleo para subsistir y el campo hoy solo lo habitan los adultos mayores que se niegan a dejar sus comunidades.
Uno de los factores principales que asfixian al campo en el país, es la falta de agua, pero más la apatía de las autoridades federales por no inyectar recursos en una reingeniería que permita rescatar la actividad en el campo.
