El obispo de la Diócesis de Saltillo, Hilario González, minimizó los hechos que afectan a la comunidad católica en torno a la detención y postura ante las autoridades de un sacerdote acusado de violación sexual.
El prelado históricamente ha sido protector de sacerdotes acusados de pederastia y violación sexual en contra de mujeres y niños, desde su estancia en la Diócesis de Nuevo León, donde ha persuadido autoridades para detener procesos en contra de miembros del clero católico a su mando.
Ahora, y desde que se dio a conocer la detención de un sacerdote acusado de violación sexual, el obispo Hilario García señala que no es un motivo para que la ciudadanía deje de creer en la Iglesia Católica, y que se está llamando a los sacerdotes a comportarse correctamente.
De su propia voz señaló que se sigue la ley, se respetan las autoridades para ser mejores personas y no caer en situaciones como la que se le cuestionó, pero en ningún momento señaló que se debe condenar a los obispos y a cualquier persona que cometa un delito en contra de otra persona en el ámbito sexual.
Así, de nueva cuenta la Iglesia Católica esconde las manos en torno a los hechos y denuncias que son varias, actualmente, sobre sacerdotes pederastas en la diócesis de Saltillo.
La crisis que vive la Iglesia Católica donde un 70 por ciento de feligreses han decidido ya no participar dentro de las actividades religiosas, o inclusive hadecidido pertenecer a otro tipo de religiones, no le preocupa al obispo, quien señala que ello es parte de los tiempos y la ciudadanía tiene derecho a decidir.
Sin embargo, no deben verse afectados por las faltas que cometen los sacerdotes católicos, señalando que eso debe ser permisible y perdonable.
