Las entrañas de la Catedral de Santiago, la que fue su casa por 50 años, ahora es su morada de eterno descanso.
Desde la tarde del 6 de febrero los restos mortales de monseñor Francisco Villalobos Padilla descansan en una cripta que en vida él mismo escogió para estar junto a dos antecesores resguardados entre los muros del templo principal de la fe católica en Saltillo.
En la Diócesis de Saltillo han pasado siete obispos, de los cuales cinco han sido llamados a la casa del padre; de ellos, tres tienen su eterno descanso bajo la Catedral.
Durante el novenario la última morada de Francisco Villalobos podrá ser visitada.
