Desde muy temprano, en la madrugada del lunes 8 de noviembre, incluso la noche del domingo anterior, empezó el ingreso de ciudadanos con actividades no esenciales hacia los Estados Unidos de Norte América por la vía de Piedras Negras-Eagle Pass.
Después de 20 meses, equivalentes a 600 días, las puertas se abrieron al turismo vía terrestre y las filas no se hicieron esperar.
Desde la tarde del domingo empezaron a formarse, aunque nada considerable como en otras fronteras.
Antes de la pandemia COVID-19 que orilló al cierre de las fronteras, el flujo diario era de 16 mil vehículos.
Después, bajó hasta 2 mil 500 unidades; ahora, se calcula que una vez abierta la frontera o garita, el flujo se elevará hasta las 18 mil.
En el evento oficial de apertura, encabezado por el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme Solís, y donde estuvieron presentes autoridades del estado de Texas, se resaltó que la buena relación entre ambas fronteras mejoró con la contingencia sanitaria.
El mandatario dijo que esta relación se refleja en la reactivación económica de ambas ciudades.