Saltillo, Coahuila. Lo que comenzó como un simple favor terminó convirtiéndose en una verdadera pesadilla para una mujer saltillense, luego de descargar una aplicación de préstamos llamada “We Finanzas: Crédito Rápido”, disponible en Google Play, la cual derivó en una serie de amenazas, extorsión e incluso violencia verbal con tintes sexuales y xenofóbicos.
La afectada relató que nunca solicitó ningún préstamo. Explicó que instaló la app por petición de su hermana, quien quería saber si le autorizarían un crédito. Sin embargo, al ver que solo ofrecían $400 pesos, decidieron no aceptar el supuesto préstamo y simplemente eliminaron la aplicación.
“Jamás aceptamos nada. Ni siquiera se hizo un depósito. Checamos estados de cuenta y no apareció ningún movimiento. Aun así, empezaron a mandar mensajes diciendo que debíamos $1600 y luego hasta $2661… ¡cuando ni siquiera pedimos nada!”, comentó indignada.
Lo más grave vino después: comenzaron a llegar mensajes de intimidación extrema, incluyendo amenazas de muerte, insultos misóginos y afirmaciones falsas de que el dinero pertenecía al Cártel de Sinaloa. En algunos mensajes incluso se usó un lenguaje extremadamente violento, ofensivo y degradante, acompañado de imágenes sexualmente explícitas y datos personales para extorsionar.
Los números de donde provienen los mensajes inician con la lada de Ecuador (+593), una práctica común de bandas cibernéticas que operan desde otros países con números virtuales. Uno de los mensajes decía explícitamente:
“ASÍ QUE EN CUALQUIER MOMENTO PUEDES ESTAR MUERTA”.
Además, los extorsionadores aseguraban tener acceso a la libreta de direcciones de la víctima y amenazaban con contactar a sus conocidos si no pagaba.
¿Qué se recomienda en estos casos?
- NO realizar ningún pago.
- No responder con insultos ni continuar la conversación.
- Bloquear y reportar los números ante tu proveedor telefónico y la plataforma.
- Denunciar formalmente ante la Policía Cibernética de tu estado.
- Evitar otorgar permisos innecesarios a apps desconocidas.
Este caso pone de nuevo sobre la mesa la urgente necesidad de regular y monitorear las aplicaciones financieras que operan sin autorización y que, tras la fachada de préstamos rápidos, esconden peligrosos esquemas de extorsión y acoso.
